SOY SOLTERA Y HAGO LO QUE QUIERO
"La castidad es LIBERTAD". Mientras trato de ponerle énfasis a la última palabra detecto cómo se instalan la incredulidad y curiosidad en las caras de Fernanda y Lucía. El momento se parece a algún episodio en las aulas de la escuela de medicina cuando menciono algo exótico para ellos: una especie de maravilla y ansiedad.
"Espero que entenderlo no les tome los años que me tomó a mí", continúo, y explico:
Sólo una persona que puede prometer para siempre fidelidad a alguien puede ser dos cosas: Dueño de su vida y cien por ciento libre. Cien por ciento.
Sólo alguien lo suficientemente dueño de su vida puede entregársela a otra persona. ¡Nadie puede dar lo que no le pertenece! Ése es el sentido del título del blog: Quien crea que en ser soltero y hacer lo que quiero hay una pizca de libertad, está perdido. Una persona cuyas decisiones dependen de las circunstancias y de sus propias debilidades no es dueña de su vida. Está encadenada a sus propios deseos, es esclava de las circunstancias: Su vida no le pertenece. ¿Cómo podrá entonces entregársela a otra persona???
Ya siendo uno dueño de su vida, requiere un acto de absoluta libertad el decidir entregaársela a alguien más. No hay acto más libre que ese.
Entregar algo que ha costado muchos esfuerzos conquistar: la propia vida.
"La castidad es LIBERTAD". Mientras trato de ponerle énfasis a la última palabra detecto cómo se instalan la incredulidad y curiosidad en las caras de Fernanda y Lucía. El momento se parece a algún episodio en las aulas de la escuela de medicina cuando menciono algo exótico para ellos: una especie de maravilla y ansiedad.
"Espero que entenderlo no les tome los años que me tomó a mí", continúo, y explico:
Sólo una persona que puede prometer para siempre fidelidad a alguien puede ser dos cosas: Dueño de su vida y cien por ciento libre. Cien por ciento.
Sólo alguien lo suficientemente dueño de su vida puede entregársela a otra persona. ¡Nadie puede dar lo que no le pertenece! Ése es el sentido del título del blog: Quien crea que en ser soltero y hacer lo que quiero hay una pizca de libertad, está perdido. Una persona cuyas decisiones dependen de las circunstancias y de sus propias debilidades no es dueña de su vida. Está encadenada a sus propios deseos, es esclava de las circunstancias: Su vida no le pertenece. ¿Cómo podrá entonces entregársela a otra persona???
Ya siendo uno dueño de su vida, requiere un acto de absoluta libertad el decidir entregaársela a alguien más. No hay acto más libre que ese.
Entregar algo que ha costado muchos esfuerzos conquistar: la propia vida.